El gobierno del Reino Unido aumentará el personal y tomará medidas enérgicas contra los empleadores en un intento de combatir el tráfico de personas
El gobierno británico anunció el miércoles nuevos planes para reducir el número de solicitantes de asilo que llegan en pequeñas embarcaciones, incluido un aumento en los vuelos de deportación y una ofensiva contra los empleadores que contratan a trabajadores ilegales.
Las encuestas muestran que el control de la inmigración es ahora el tema más importante para los votantes británicos por primera vez en ocho años, después de los disturbios de extrema derecha contra musulmanes e inmigrantes que comenzaron tras el asesinato de tres niñas en la ciudad de Southport, en el noroeste de Inglaterra.
Durante los disturbios, la gente intentó incendiar un hotel que albergaba a solicitantes de asilo en Rotherham, South Yorkshire.
El Ministerio del Interior, responsable de la lucha contra la inmigración ilegal, anunció que contratará a 100 agentes de investigación para perseguir a las bandas que traen a solicitantes de asilo a Gran Bretaña. Su objetivo es aumentar el número de personas deportadas a niveles no vistos desde 2018, revirtiendo así la caída de los últimos años.
Los empleadores que contraten a trabajadores ilegales se enfrentarán a sanciones, incluidas multas económicas, órdenes de cierre de empresas y posible procesamiento. Quienes sean sorprendidos trabajando ilegalmente y sean elegibles para ser deportados serán detenidos antes de ser expulsados, dijo el Ministerio del Interior.
“Al aumentar las capacidades de cumplimiento y las devoluciones, estableceremos un sistema que esté mejor controlado y administrado, en lugar del caos que ha afectado al sistema durante demasiado tiempo”, dijo la ministra del Interior, Yvette Cooper, en un comunicado.
Desde que se designó el nuevo gobierno laborista el 5 de julio, más de 5.700 solicitantes de asilo han llegado a Gran Bretaña en barcos que cruzan el Canal desde Francia, lo que subraya el desafío que enfrentan los ministros que han prometido acabar con las bandas de tráfico de personas.
En el primer anuncio político importante desde su aplastante victoria electoral, el gobierno laborista dijo que desecharía el controvertido plan del gobierno conservador anterior de trasladar en avión a miles de solicitantes de asilo desde Gran Bretaña a Ruanda.
El primer ministro Keir Starmer dijo el mes pasado que Gran Bretaña tenía que centrarse en la aplicación de la ley y trabajar con otros países para abordar las causas fundamentales de la migración, incluido el cambio climático y la pobreza.
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