La recuperación del algodón en Odesa ayuda a combatir la escasez de municiones en Ucrania
El cultivo del algodón en Ucrania es una antigua tradición que se perdió durante la era soviética, pero ahora, en medio de la guerra, cobrará nueva vida en la región de Odesa gracias a la invasión rusa a gran escala.
El 14 de mayo, el presidente Volodymyr Zelensky firmó la ley n.° 10427-1, una medida importante destinada a acelerar el registro de variedades de algodón y promover su cultivo en la región de Odesa. Esta iniciativa es particularmente estratégica dado que la celulosa de algodón es un componente clave en la producción de pólvora y cargas para proyectiles de tanques, ambos productos que actualmente escasean en todo el mundo. La escasez mundial de pólvora ha hecho subir los precios, agravada por la agresiva adquisición por parte de Rusia de celulosa de algodón de países asiáticos para abastecer sus fábricas de municiones. Al cultivar su propio algodón, Ucrania puede mitigar su escasez de municiones, reduciendo la dependencia de fuentes extranjeras.
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La elección de la región de Odesa, concretamente la Besarabia, próxima a la frontera con Rumanía, para el cultivo del algodón no es casualidad. Las condiciones climáticas y edafoclimáticas de la zona son ideales para este cultivo. Los expertos del Instituto de Agricultura Orientada al Clima de la Academia Nacional de Ciencias Agrarias (NAAS) consideran que, a diferencia del cultivo del algodón en las regiones tropicales o en los países de Asia Central, la producción en el sur de Ucrania es más sostenible desde el punto de vista medioambiental.
La relación de Ucrania con el algodón se remonta a 1827, cuando se hicieron los primeros intentos de cultivarlo en la región de Kherson en una parcela de cinco hectáreas. En la década de 1930, la producción de algodón se había expandido significativamente, con más de 1.500 granjas colectivas que cultivaban el cultivo en 1932. Esta tendencia continuó después de la Segunda Guerra Mundial, cuando la Unión Soviética se enfrentó a una grave escasez de materias primas para textiles. El algodón se sembró nuevamente en la región de Kherson, con plantas espaciadas a 20 centímetros de distancia y cosechadas manualmente, a menudo con la ayuda de niños en edad escolar.
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Sin embargo, en 1956, el gobierno soviético decidió abruptamente detener el cultivo de algodón en el sur de Ucrania, alegando la imposibilidad de lograr altos rendimientos sin irrigación. La política agrícola imperante en ese momento impuso una estricta especialización de los cultivos en las repúblicas soviéticas, quedando el algodón como dominio de Asia Central, lo que llevó a una pausa temporal en los experimentos con algodón en el sur.
Un gran paso adelante en la agricultura ucraniana lo dio la granja Stoyanov AA en Odesa, que se embarcó en un proyecto experimental de cultivo de algodón: una iniciativa única en Ucrania. Gracias a la dedicación y la perseverancia del equipo, lograron cosechar con éxito las primeras cápsulas de algodón, lo que marcó un hito importante para el sector agrícola nacional.
“Las cápsulas de algodón están madurando y se espera que se abran como velas arrastradas por una ligera brisa. Esperamos con impaciencia el momento de descubrir la fibra blanca como la nieve, la culminación de un largo proceso. Este momento es un triunfo tanto de la naturaleza como del esfuerzo humano. El algodón se hará visible y, con él, el orgullo por lo que se ha logrado”, dijo Alla Stoyanova de Agrarna Odeshchyna.
El cultivo de algodón en Ucrania no sólo tiene importancia agrícola, sino también estratégica. De los campos se recoge el algodón crudo (una mezcla de fibras e impurezas) y luego se procesa para obtener celulosa de algodón pura. Esta celulosa se procesa posteriormente en las empresas de defensa para obtener nitrocelulosa, que se utiliza en la producción de pólvora.
La expansión del cultivo de algodón en Ucrania contribuye no sólo a la diversificación del sector agrícola sino también a fortalecer la seguridad nacional.
Mientras Ucrania está reactivando su industria algodonera, Rusia ha aumentado significativamente sus importaciones de celulosa de algodón desde el inicio de su invasión a gran escala. A falta de una producción interna sustancial, Rusia ha aumentado las importaciones de Kazajstán y Uzbekistán. Según los datos de la Comisión Comtrade de las Naciones Unidas, las importaciones de celulosa de algodón de estos dos países aumentaron de 4 millones de dólares en 2021 a casi 10 millones de dólares en 2022, y solo Uzbekistán suministró 9 millones de dólares en los primeros nueve meses de 2023.
Las empresas privadas rusas suelen comprar esta celulosa con el pretexto de fabricar barnices, para luego revenderla a fábricas de municiones estatales. En 2022, la exportadora uzbeka Raw Materials Cellulose realizó 14 envíos directos por valor de casi 500.000 dólares a la Planta de Pólvora de Tambov, una cifra que aumentó a 2,6 millones de dólares en 2023. Del mismo modo, la kazaja Khlopkoprom-Cellulose lleva suministrando pólvora a los productores rusos desde 2022, con contratos que se extienden hasta 2026.
China y, sorprendentemente, incluso países occidentales como Estados Unidos, Alemania, Turquía y Taiwán también han sido fuentes de nitrocelulosa para Rusia a pesar de las sanciones. El Wall Street Journal informó que el importador ruso Analytical Marketing Chemical Group recibió nitrocelulosa de Taiwán por un valor de aproximadamente 700.000 dólares en los últimos dos años, gran parte de la cual estaba destinada a la planta de pólvora de Kazán.
La participación de Turquía ha aumentado significativamente desde el inicio de la invasión. Antes de la guerra, suministraba solo el 1% de la nitrocelulosa de Rusia, pero a mediados de 2023, Noy İç Ve Diş Ticaret (Noy), con sede en Estambul, representaba casi la mitad de las importaciones de Rusia. Cabe destacar que gran parte de este material procedía de proveedores occidentales. Por ejemplo, las filiales alemanas de International Flavors & Fragrances vendieron al menos 80 toneladas de nitrocelulosa a Noy, que luego llegaron a Rusia.
Mientras las empresas de defensa de todo el mundo se apresuran a conseguir nitrocelulosa en medio de la escasez y los altos precios, Rusia ha logrado eludir las sanciones y aumentar su suministro, reforzando sus esfuerzos bélicos.
(Esta es una historia sin editar y generada automáticamente a partir de un servicio de noticias sindicado. Blog de Nueva York Es posible que el personal no haya cambiado ni editado el texto del contenido).