Bolivia cita a embajador argentino para reprenderlo por denuncias de falso golpe de Estado
El gobierno boliviano citó el lunes al embajador argentino para abordar la afirmación del país de que el intento de golpe militar que sacudió a Bolivia la semana pasada fue un engaño.
La reprimenda oficial de Bolivia a su vecino se suma a las repercusiones del supuesto motín frustrado del miércoles pasado que ha dejado al país de 12 millones de habitantes conmocionado y desconcertado. El presidente boliviano Luis Arce se enfrenta a una ola de críticas en el país y en el extranjero de quienes afirman que diseñó el golpe para hacerse pasar por un héroe, una acusación hecha por primera vez por el general Juan José Zúñiga antes de su destitución y arresto acusado de liderar el levantamiento armado.
Una serie de figuras de la oposición boliviana se unieron para calificar el golpe de Estado de maniobra, y el principal rival político de Arce y antiguo mentor, el ex presidente izquierdista Evo Morales, se hizo eco de la acusación el domingo por la noche sin aportar pruebas. Arce ha negado enérgicamente las acusaciones.
El presidente argentino de derecha Javier Milei se convirtió en el primer jefe de Estado en sumarse al coro de escépticos, atacando la historia de gobiernos socialistas de Bolivia, que según él pone en peligro la democracia. “La historia que se contó no fue muy creíble”, dijo la oficina del presidente sobre el supuesto intento de golpe de Estado del miércoles, un cambio radical respecto de la declaración inicial de Argentina condenando a las tropas que ocupaban el centro de La Paz.
La ministra interina de Asuntos Exteriores de Bolivia, María Nela Prada, denunció el lunes la declaración de Milei como “poco amistosa e imprudente” y “desinformada y parcializada”. Indignada por lo que llamó el “negacionismo inaceptable” de Argentina, Prada y otros funcionarios pidieron a Milei que se mantuviera al margen de los asuntos internos de Bolivia.
“Siempre hemos mantenido una posición de respeto y exigiremos el mismo respeto”, afirmó Gabriela Alcón, viceministra de Comunicación de Bolivia.
El gobierno de Milei no hizo más que redoblar su negación del intento de golpe en respuesta a la indignación en La Paz, intensificando la disputa diplomática entre las naciones que comparten una larga frontera y una historia de comercio y cooperación.
“Es simplemente una descripción de los hechos, un recuento de las distintas informaciones que estamos recogiendo”, dijo el portavoz presidencial Manuel Adorni en su conferencia de prensa diaria, defendiendo las acusaciones de Milei de que el gobierno simuló el golpe sin dar más detalles. “Somos conscientes de la delicada situación institucional”.
Varias figuras de la oposición de derecha en Bolivia, arrestadas y aún detenidas por su presunto papel en las protestas masivas de 2019 que llevaron al entonces presidente Morales a renunciar y huir, agradecieron a Milei por su apoyo.
Cuando se le preguntó sobre las acusaciones de un autogolpe el lunes, el portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Vedant Patel, dijo que Washington esperaba ver una investigación independiente sobre los acontecimientos de la semana pasada en Bolivia.
“Entendemos y hemos tomado nota de la cantidad de puntos de vista que han surgido en los últimos días y damos la bienvenida a un análisis independiente”, dijo Patel a los periodistas.
El miércoles pasado, Zúñiga y otros oficiales militares irrumpieron en el palacio presidencial, embistieron las puertas con un tanque y despotricaron contra los políticos del país. En un dramático enfrentamiento cara a cara, Arce ordenó a Zúñiga que diera marcha atrás, lo que permitió poner coto a la rebelión después de sólo tres horas caóticas que repercutieron en toda la región.
Una breve manifestación de apoyo popular a Arce ha dado paso a una tormenta de especulaciones sobre lo que realmente ocurrió y si Arce jugó un papel en el tumulto. Las autoridades están ampliando su red de detenciones y han arrestado a 21 soldados y civiles por el intento de golpe.
El lunes, la televisión estatal boliviana informó que la policía detuvo a un comandante del ejército en la ciudad central de Cochabamba y quien, según el fiscal general, sirvió como francotirador durante el intento de golpe.
Los presuntos cabecillas, entre ellos Zúñiga, siguen detenidos.
Eduardo del Castillo, miembro del gabinete, insistió en declaraciones realizadas el domingo por la noche en que el golpe no fue una maniobra de Arce, sino más bien un intento alarmante de derrocar al gobierno por la fuerza. Para explicar su fracaso, dijo: “Afortunadamente, mucha gente se insubordinaba”.
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