Debemos darle a Ucrania las armas para contraatacar, y rápido
Los próximos meses serán decisivos. El Reino Unido tiene el poder de influir en decisiones clave. No podemos desaprovechar este momento.
El pasado fin de semana, en la Conferencia de la Estrategia Europea de Yalta (YES, por sus siglas en inglés) en Kiev, el mensaje de los dirigentes ucranianos y los estrategas occidentales fue claro: Occidente debe finalmente armarse de valor para mantenerse firme contra la tiranía. Durante demasiado tiempo, Ucrania se ha visto obligada a luchar por su supervivencia con una mano atada a la espalda, frenada, trágicamente, por los mismos socios que profesan su apoyo a su causa.
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El ejemplo más flagrante de esta moderación proviene de Estados Unidos, un país que se autodenomina “la patria de los valientes”, pero Washington ha dudado continuamente a la hora de permitir que Ucrania ataque objetivos en el interior de Rusia. Los responsables políticos estadounidenses están tan consumidos por el temor a una escalada del conflicto que han limitado, en la práctica, la capacidad de Ucrania para defenderse. El régimen de Putin puede lanzar misiles, bombardear ciudades y aterrorizar a los civiles ucranianos, pero cuando Ucrania intenta tomar represalias contra los responsables, se le dice que se abstenga. Así no se ganan las guerras y, francamente, es vergonzoso.
Ucrania sigue luchando con valentía, pero no lo hace en igualdad de condiciones. Tiene la voluntad, los soldados y el ingenio estratégico; lo que le falta es el respaldo para liberar plenamente ese potencial. Como nación en guerra, Ucrania debería tener el derecho de contraatacar a su agresor. En cambio, la administración estadounidense está impidiéndole hacerlo.
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Lamentablemente, a nuestros propios dirigentes no les ha ido mucho mejor. La decisión de permitir que Ucrania utilice los misiles franco-británicos Storm Shadows para penetrar en territorio ruso debe tomarse de inmediato. El primer ministro Sir Keir Starmer, aunque es un sincero partidario de Ucrania, tampoco ha sido tan eficaz a la hora de presionar a los estadounidenses como los gobiernos conservadores anteriores. Fueron los conservadores los que lograron cambiar el rumbo en lo que respecta al suministro de tanques y aviones a Ucrania, equipo vital que le permitió repeler los avances rusos y recuperar territorio. Pero ¿dónde está ese mismo impulso ahora? ¿Dónde está el impulso decidido a favor de los ATACMS, los sistemas de misiles de largo alcance que podrían ayudar a Ucrania a cambiar el rumbo?
Gran Bretaña, como el aliado más fuerte de Ucrania, no puede permitirse el lujo de ser complaciente. Siempre nos hemos enorgullecido de liderar la defensa de la libertad. Si nos tomamos en serio ese legado, el siguiente paso crítico debe ser asegurar la entrega del ATACMS a Kiev. El tiempo es esencial y cada momento desperdiciado es una vida perdida.
Sin embargo, ni siquiera los conservadores han estado a la altura del desafío. Me desanimó saber que de los ocho miembros del Parlamento británico que asistieron a la conferencia del YES en Kiev, ni uno solo era tory. Creer que estar en la oposición te exime de responsabilidad es una incomprensión fundamental de lo que está en juego. No se trata de política partidista, sino del papel de Gran Bretaña en la defensa de la libertad y la democracia. El Partido Conservador debe redescubrir su sentido del deber y su papel de liderazgo en política exterior. Espero sinceramente que, con un nuevo líder al mando, los tories vuelvan a comprometerse con esta causa.
El mensaje de Ucrania no podría haber sido más claro: hay que darles las herramientas para contraatacar. Necesitan capacidades de largo alcance, defensa aérea, municiones y tecnología avanzada de guerra electrónica para mantener su ventaja sobre el ejército ruso, que evoluciona rápidamente. Si bien Ucrania se ha convertido en líder en la guerra con drones y en tecnologías de combate modernas, todavía depende del apoyo occidental para mantener su ventaja. Occidente debe seguir proporcionándole estos recursos críticos.
El papel de Gran Bretaña en la defensa de Ucrania en el escenario mundial sigue siendo decisivo. Para el nuevo gobierno laborista, no puede haber errores en este sentido. El primer ministro Starmer aún no ha visitado Kiev desde que asumió el cargo hace casi tres meses, un hecho que cada vez es más difícil de pasar por alto. Una visita oficial debería ser una prioridad máxima, no sólo como señal de solidaridad, sino como declaración del compromiso inquebrantable de Gran Bretaña con el futuro de Ucrania.
¿Y qué decir del Acuerdo de Asociación de 100 años entre el Reino Unido y Ucrania que el anterior gobierno conservador había estado preparando? Este acuerdo podría consolidar una asociación de largo plazo entre las dos naciones y asegurar el futuro de Ucrania dentro de la alianza occidental. La firma de este acuerdo sería un logro histórico para Starmer, un legado que se recordaría durante generaciones.
Los próximos meses serán decisivos para Ucrania. Las próximas elecciones estadounidenses pueden determinar si se le permite a Ucrania luchar y ganar o si se le deja que se enfrente a una realidad mucho más oscura. El Reino Unido tiene el poder de influir en estas decisiones, no sólo por el bien de Ucrania, sino por la seguridad futura de la propia Europa. Asegurémonos de no desperdiciar este momento.
Si Gran Bretaña quiere defender sus valores, debemos tener el coraje de liderar, defender y actuar. El precio de la inacción es demasiado alto y Ucrania no puede permitirse esperar.
Lord Ashcroft KCMG PC es un empresario, filántropo, autor y encuestador internacional. Para obtener más información sobre su trabajo, visite lordashcroft.comSíguelo en X/Facebook @LordAshcroft.
Este artículo apareció originalmente en Telegraph.co.uk
Las opiniones expresadas en este artículo de opinión son las del autor y no necesariamente las de Kyiv Post.
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