Kazajstán se enfrenta al legado de las pruebas de armas soviéticas en un referéndum sobre la energía nuclear
Las urnas están abiertas el domingo en Kazajstán para un referéndum histórico sobre la construcción de la primera planta de energía nuclear del país, confrontando el doloroso legado del país como campo de pruebas de armas nucleares soviéticas.
La propuesta cuenta con el respaldo del gobierno y del presidente Kassym-Jomart Tokayev, quien espera impulsar la seguridad energética del país.
La planta, que se construirá cerca del lago Balkhash en el sureste de Kazajstán, aliviaría la presión sobre las centrales eléctricas alimentadas con carbón de las que depende en gran medida el país.
Aunque el uso de energía renovable está creciendo, sus partidarios creen que la posición de Kazajstán como uno de los mayores productores de uranio del mundo hace que la energía nuclear sea una opción lógica.
Sin embargo, el uso de materiales nucleares sigue siendo un tema controvertido y a menudo delicado en Kazajstán, que fue utilizado como campo de pruebas para el programa nuclear de la Unión Soviética.
Las pruebas de armas hicieron inhabitables grandes extensiones de tierra en la región nororiental de Semei, devastando el medio ambiente local y afectando la salud de los residentes cercanos. En total, entre 1949 y 1989 se llevaron a cabo 456 pruebas en el polígono de Semipalatinsk. Se cerró oficialmente en agosto de 1991.
Los críticos también han llamado la atención sobre los elevados costes del proyecto: el gobierno kazajo calcula que la central nuclear podría costar hasta 12 mil millones de dólares.
Preguntas sobre la participación rusa
También existe la preocupación de que la agencia atómica estatal rusa, Rosatom, pueda ser invitada a participar en la construcción de la planta en un momento en que un número cada vez mayor de kazajos desea distanciarse de la influencia de Moscú. Rosatom había sido previamente nombrada por el gobierno como una de las cuatro empresas cuyos reactores podrían usarse para la planta, además de empresas de China, Corea del Sur y Francia.
Tokayev, que ha mantenido un delicado acto de equilibrio entre Moscú y Occidente tras las sanciones contra Rusia, ha tratado de disipar esos temores sugiriendo que la planta podría ser construida por un equipo multinacional.
«El gobierno debe analizar y negociar», dijo a los periodistas después de emitir su voto el domingo. «Pero mi visión personal es que un consorcio internacional de empresas con la tecnología más avanzada posible debería trabajar juntos en Kazajstán».
Si bien el referéndum es vinculante, no está claro que la votación sea libre y justa.
Algunos kazajos han intentado protestar, pero las autoridades se lo han impedido. Varios manifestantes antinucleares fueron arrestados en todo Kazajistán el domingo, mientras que otros activistas dijeron que funcionarios de seis ciudades kazajas habían negado el permiso para realizar manifestaciones antinucleares el día de la votación.
Radio Azattyq, el servicio local de la emisora Radio Free Europe/Radio Liberty, financiada por Estados Unidos, compartió imágenes que parecían mostrar a un funcionario de una mesa de votación en la región de Turkestán arrojando una gran cantidad de papeletas en una urna.
El resultado del referéndum se anunciará el lunes.
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