A medida que la población de Corea del Sur se reduce, las parejas del mismo sexo dicen que pueden ayudar
A los surcoreanos Kim Eun-ha y Park Cho-hyeon les gustaría casarse y tener hijos, un plan que encaja con las ambiciones del gobierno de impulsar la tasa de fertilidad más baja del mundo.
El problema es que las uniones entre personas del mismo sexo siguen siendo ilegales en Corea del Sur y los médicos se niegan a realizar inseminación artificial en mujeres sin una pareja masculina, alegando directrices éticas.
“A mi alrededor hay muchas personas solteras y parejas de lesbianas que quieren tener hijos. Si se aceptan primero los distintos tipos de familias que pueden tener hijos, creo que eso contribuirá mucho a la tasa de fertilidad”, dijo Kim Eun-ha a Reuters.
Si bien las campañas para legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo han tenido éxito en Taiwán y Tailandia, no existe un reconocimiento legal de las asociaciones LGBT en Corea del Sur y muchas parejas se ven obligadas a mudarse al extranjero si quieren casarse o tener un bebé.
Cada año, la comunidad LGBT enfrenta mucha oposición al Festival Anual de Cultura Queer de Seúl por parte de grupos religiosos conservadores que han montado una feroz resistencia a los esfuerzos por aprobar leyes contra la discriminación.
Kim Ji-hak, quien dirige la organización sin fines de lucro Diversity Korea, dijo que el gobierno debería reconocer la diversidad si realmente quiere aumentar la tasa de natalidad.
Corea del Sur ha gastado miles de millones de dólares para intentar detener la disminución de su población, ya que las preocupaciones sobre el avance profesional y el costo financiero de criar hijos llevan a muchas mujeres surcoreanas a retrasar el parto o no tener hijos en absoluto.
A pesar de estos esfuerzos, la población disminuyó por cuarto año consecutivo en 2023.
«Si nos convertimos en una sociedad donde la gente no tenga que preocuparse por la atención sanitaria, la educación, el trabajo y el envejecimiento, todos querrán tener más hijos», afirmó Kim.
Se han dado algunos pasos hacia los derechos LGBT: el año pasado, un tribunal dictó una sentencia histórica sobre la cobertura sanitaria nacional para una pareja gay.
Sin embargo, los médicos siguen negándose a realizar inseminaciones artificiales a mujeres solteras y parejas del mismo sexo debido a las directrices establecidas por la Sociedad Coreana de Obstetricia y Ginecología. En 2022, la Comisión Nacional de Derechos Humanos de Corea recomendó que se revisaran las directrices, pero nada ha cambiado todavía.
Para Kim Eun-ha y Park, que viven con su perro Whipping y también tienen un canal de YouTube que tiene como objetivo crear conciencia sobre cuestiones LGBT, la falta de reconocimiento de las uniones LGBT es el mayor obstáculo para impulsar la tasa de natalidad.
La pareja planea ir a Australia para casarse -aunque el gobierno surcoreano no reconocerá su unión- antes de pensar en cómo podrán tener hijos.
“Creo que la única manera de empezar a solucionar todo, desde la crianza de los hijos hasta la atención sanitaria y la vivienda, es reconocer el matrimonio a las parejas del mismo sexo. Sólo cuando se reconoce esta forma de amor, todo lo demás se vuelve posible”, dijo Kim Eun-ha.
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