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Aceptando los derechos que Rusia negaría

La Rusia de Putin se ha convertido en el modelo de la lucha contra el movimiento LGBTQ global, etiquetando a todos los activistas como “extremistas” y criminalizando cualquier actividad asociada dentro de sus fronteras. Mientras Rusia lanza este ataque frontal contra todo lo remotamente homosexual, Ucrania está abrazando a nuestra comunidad como parte indispensable de su esfuerzo bélico y avanzando hacia un estándar europeo de derechos humanos.

Aunque la marcha hacia la igualdad en Ucrania está lejos de terminar, el gobierno ha logrado enormes avances a través de iniciativas públicas que acercan a las personas LGBTQ, especialmente en el ejército, a la sociedad. La guerra en curso ha presentado una oportunidad para mostrar el autosacrificio, la valentía y el patriotismo de los miembros militares queer, que están siendo posicionados para convertirse en actores destacados en una Ucrania de posguerra. El lluvioso desfile del Orgullo de junio en Kiev reunió a unos 500 miembros del servicio, muchos de los cuales recibieron permiso de sus comandantes para asistir.

La sociedad ucraniana no está totalmente de acuerdo con la igualdad LGBTQ, ya que los activistas del orgullo aún se enfrentan a contramanifestantes que ven la liberación como una amenaza a los valores tradicionales. Aun así, Ucrania está a un mundo de distancia de su vecina Rusia, donde los decretos nacionales se traducen en medidas enérgicas contra los locales que atienden a clientes homosexuales y redadas de activistas sospechosos que ya están en prisión preventiva y se enfrentan a hasta 10 años de prisión si son declarados culpables.

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El lunes, el ataque con misiles rusos mató a más de 40 personas en Ucrania, incluidos cuatro niños y personal médico

El presidente Zelensky también dijo que el número de heridos ha aumentado a 190 personas, algunas todavía atrapadas bajo los escombros y al menos 98 víctimas hospitalizadas.

Ucrania, en cambio, se está diferenciando radicalmente de Rusia y avanzando hacia un estándar europeo de derechos humanos, que inevitablemente incluye el reconocimiento y la normalización de la comunidad LGBTQ. Por ejemplo, el año pasado, el Ministerio de Justicia ucraniano aprobó un proyecto de ley para establecer “uniones familiares voluntarias” para parejas independientemente del género. Este contraste dibuja un panorama de dos sociedades que avanzan en direcciones diametralmente opuestas en lo que respecta a los derechos de los homosexuales.

Las aspiraciones de una futura integración a la Unión Europea están impulsando este cambio monumental hacia la igualdad en la sociedad ucraniana. Al mismo tiempo, la opinión pública ha virado hacia la aceptación de las parejas del mismo sexo y se ha permitido que numerosas organizaciones civiles prosperen durante las condiciones de guerra, como la Unión de Militares LGBT (una asociación de militares, veteranos y voluntarios ucranianos formada en 2018). Ucrania va en la dirección correcta y será difícil deshacer estos avances.

El continuo apoyo de Estados Unidos y la Unión Europea en la guerra contra Rusia ayudará a impulsar la aceptación de los derechos de las personas LGBTQ en Ucrania. Los programas de ayuda estadounidenses, como el Plan de Emergencia del Presidente para el Alivio del SIDA (fundado por el presidente George W. Bush), que ayuda a atender a los más de 260.000 ucranianos que viven con el VIH, dan ejemplo de cómo el mundo civilizado trata a sus ciudadanos LGBTQ. Rusia seguirá demonizando a nuestra comunidad, lo que ayudará a diseñar una alternativa poderosa para Ucrania.

Como sucede en todo el mundo, el progreso suele ser un proceso lento, desordenado y violento, que se basa en cambios previos hacia la aceptación. Aun así, no podemos subestimar el apoyo blando del gobierno ucraniano a los ciudadanos LGBTQ en tiempos de guerra. La crisis existencial de la guerra ha abierto una ventana de oportunidad para la igualdad que seguirá avanzando mucho después de que haya concluido la acción en el campo de batalla.

Tal vez Ucrania se encuentre en una situación política similar a la de Estados Unidos durante los años de Obama, cuando el camino hacia el matrimonio entre personas del mismo sexo era una cuestión de trámites burocráticos que había que resolver para adaptarse al sentir público. Sin embargo, ningún resultado está predeterminado y el cambio sólo se produce si los activistas luchan por él.

Los activistas LGBTQ de hoy en Ucrania se enfrentan no solo a una burocracia que avanza lentamente, sino también a balazos en el campo de batalla, de un adversario que encarcela a personas como ellos por el simple delito de ser quienes son. Cuando estos activistas regresan a Kiev entre misiones, marchan en las protestas del Orgullo bajo la lluvia y se enfrentan a contramanifestantes para asegurarse de que el futuro que se está construyendo en Ucrania sea uno que los represente.

No hay mayor compromiso con los derechos humanos que éste.

Las opiniones expresadas en este artículo de opinión son las del autor y no necesariamente las de Kyiv Post.

(Esta es una historia sin editar y generada automáticamente a partir de un servicio de noticias sindicado. Blog de Nueva York Es posible que el personal no haya cambiado ni editado el texto del contenido).

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