El arzobispo de Canterbury insta a los Estados a respetar la opinión de la CIJ sobre la ocupación israelí
El líder espiritual de la Iglesia de Inglaterra instó el viernes a los gobiernos a respetar las conclusiones del máximo tribunal de las Naciones Unidas de que la ocupación de los territorios palestinos por parte de Israel es ilegal, diciendo que la ley no debería aplicarse de «manera selectiva».
El mes pasado, la Corte Internacional de Justicia (CIJ), conocida como la Corte Mundial, dijo en una opinión consultiva que la ocupación debería ser retirada lo antes posible. La opinión no es vinculante, pero tiene peso en el derecho internacional.
En su momento, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel rechazó la opinión, calificándola de «fundamentalmente errónea» y unilateral. No hubo reacción inmediata a los comentarios del arzobispo de Canterbury el viernes.
Justin Welby, quien también dirige la Comunión Anglicana mundial, dijo en una declaración que la opinión de la CIJ había dejado en claro que la ocupación es “ilegal” y debe terminar.
“En un momento en que el mundo se caracteriza por crecientes violaciones del derecho internacional… es imperativo que los gobiernos de todo el mundo reafirmen su compromiso inquebrantable con todas las decisiones de la CIJ, independientemente de la situación”, dijo Welby.
No explicó cómo deberían reaccionar los gobiernos, pero dijo que rezaba para que los estados miembros de la ONU hicieran que sus acciones fueran coherentes con el fallo.
Welby dijo que, a partir de muchas visitas realizadas en las últimas décadas, le quedó claro que el «sistema de gobierno militar» impuesto por los sucesivos gobiernos israelíes en los territorios palestinos ocupados era un «sistema de discriminación sistémica».
El caso de la CIJ se deriva de una solicitud de opinión jurídica de 2022 de la Asamblea General de las Naciones Unidas que es anterior a la guerra en Gaza que comenzó en octubre.
El 7 de octubre, militantes de Hamás irrumpieron a través de la frontera en comunidades israelíes y, según recuentos israelíes, mataron a más de 1.200 personas, en su mayoría civiles, y tomaron cautivas a 253.
Las autoridades sanitarias palestinas afirman que la campaña terrestre y aérea israelí en Gaza que siguió mató a más de 39.000 personas, en su mayoría civiles, y expulsó de sus hogares a la mayoría de los 2,3 millones de habitantes del enclave.
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