El Moscow Times, el principal periódico en inglés, considerado «indeseable» por Rusia
Las autoridades rusas han utilizado la etiqueta de “indeseable” para obligar a los medios independientes y a las organizaciones cívicas críticas con el Kremlin a abandonar el país. Algunos de los proyectos de investigación rusos más importantes, como Proekt, Insider e Important Stories, han recibido una etiqueta similar en los últimos años, lo que limitó gravemente su capacidad para informar dentro del país y expuso a los periodistas y, potencialmente, a las personas entrevistadas a riesgos legales.
La clasificación de “indeseable” obliga a las organizaciones a cesar sus operaciones en Rusia y somete a los rusos que trabajan para ellas, las financian o colaboran con ellas a un posible procesamiento, con penas de cárcel de hasta cinco años.
The Moscow Times, que se publica en inglés y ruso, es el alma mater de muchos corresponsales consumados que cubren Rusia, entre ellos Evan Gershkovich, el corresponsal del Wall Street Journal encarcelado en Rusia por cargos de espionaje que Estados Unidos desestimó como inventados, y Ellen Barry, quien se convirtió en jefa de la oficina de Moscú y ganó un premio Pulitzer a principios de la década de 2010. El periódico fue fundado por el editor holandés Derk Sauer en 1992, convirtiéndose en el primer diario occidental publicado en el país.
QUEDAR ATRAPADO
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El periódico trasladó su sede a Ámsterdam en 2022, después de que Rusia aprobara un paquete de leyes que restringían la cobertura de la invasión de Ucrania. Un año después, el Ministerio de Justicia ruso lo designó como “agente extranjero”, que suele ser el primer paso que dan las autoridades para expulsar a una organización del país.
El acceso al sitio web del periódico ha sido restringido anteriormente en Rusia, y las autoridades citaron la “publicación sistemática de información falsa socialmente significativa destinada a desacreditar las actividades de las autoridades estatales de nuestro país en la conducción de una operación militar especial”, un eufemismo del Kremlin para la guerra.
“Esta designación no es ninguna sorpresa: estaba claro que nuestro periodismo, que le dice al mundo la verdad sobre Rusia y su guerra contra Ucrania, incomoda al Kremlin”, dijo Samantha Berkhead, editora del Moscow Times, a The Washington Post en una declaración.
“Nuestro trabajo se va a volver más difícil. Cualquiera en Rusia que interactúe con nosotros de cualquier manera ahora estará en riesgo de ser procesado penalmente. Pero nos negamos a que nos silencien”, agregó.
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