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La clave de la victoria de Ucrania reside en el coraje de Occidente

Después de casi tres años de luchas de desgaste y una década de guerra con Rusia, los recursos ucranianos se están agotando. Cada familia ha sufrido una pérdida; cientos de miles están heridos, desaparecidos, desplazados. Decenas de miles de niños secuestrados con pocas esperanzas de regresar a sus hogares.

A lo largo de esta terrible experiencia, Ucrania ha logrado responder con una variedad de diferentes tipos de armas occidentales suministradas en cantidades increíblemente pequeñas y, a menudo, demasiado tarde para marcar una diferencia en el campo de batalla. No obstante, logró contraatacar, a pesar de las restricciones en el uso de las armas proporcionadas, respetando los principios del Artículo 51 de la Carta de la ONU, que refuerza el “derecho inherente a la autodefensa individual o colectiva si se produce un ataque armado”. Sorprendentemente, mientras el frente oriental aún se mantiene, Ucrania ha logrado ir detrás de las líneas enemigas y ocupar más de 1.000 kilómetros cuadrados de territorio ruso.

Sin embargo, a pesar de todos estos tremendos éxitos, las posibilidades de Ucrania de lograr una victoria decisiva en el campo de batalla mientras se ve limitada por sus propios aliados son cada día más escasas. La parálisis que afecta a la alianza occidental –particularmente a Estados Unidos– plantea una amenaza existencial, ya que las divisiones políticas estadounidenses y las próximas elecciones siguen manteniendo como rehén el destino de Ucrania.

El panorama político estadounidense se ha arraigado profundamente en el partidismo, con Ucrania atrapada en el fuego cruzado. El presidente Volodymyr Zelensky fue a Washington para presentar el llamado “Plan de Victoria”. Su objetivo era asegurar su implementación por parte de la actual administración Biden y garantizar que incluso con un posible cambio de liderazgo en la Casa Blanca, el próximo presidente de Estados Unidos seguiría comprometido con Ucrania. En teoría, este enfoque prepararía a Ucrania para cualquier posible resultado electoral en Estados Unidos.

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El plan ha fracasado. Lamentablemente, el equipo de Zelensky no logró superar el tribalismo de la política estadounidense actual y, en lugar de asegurarse el apoyo, Ucrania, una vez más, se encontró en medio de luchas políticas internas estadounidenses. Lo que debería ser una cuestión de seguridad global se ha convertido en un balón de fútbol político. Los candidatos republicanos han coqueteado con la retórica aislacionista, cuestionando la continuidad de la ayuda estadounidense a Ucrania. Mientras tanto, los demócratas, aunque públicamente lo apoyan, han tardado en entregar la ayuda militar decisiva que Ucrania necesita desesperadamente. La indecisión de Washington es palpable y está costando vidas.

El principal punto de controversia sigue siendo la negativa de Estados Unidos a permitir que Ucrania utilice armas occidentales para atacar territorio ruso. Los temores de una escalada han paralizado a la mayor superpotencia del mundo, para deleite de los autoritarios de este mundo. Esta restricción autoimpuesta es nada menos que darle a Putin un salvavidas, permitiéndole prolongar esta guerra indefinidamente. Imagínese si durante la Segunda Guerra Mundial, las fuerzas aliadas hubieran permitido a Hitler controlar Polonia, Checoslovaquia y Francia, para evitar una escalada. ¿Qué pasaría si a los británicos no se les permitiera continuar con el desembarco del Día D? El mundo sería muy diferente hoy si los líderes del pasado hubieran sido tan vacilantes como los de hoy.

La historia nos enseña que la única manera de derrotar al autoritarismo es enfrentarlo sin dudarlo. Lo mismo ocurre hoy. Si Occidente continúa escondiéndose detrás de un velo de limitaciones autoimpuestas, la lucha de Ucrania se volverá aún más peligrosa y Putin aprovechará cada oportunidad para dividir no sólo al país en guerra sino a toda la alianza occidental.

Por ahora, Ucrania está agradeciendo a Estados Unidos por otro tramo de asistencia que incluye bombas planeadoras, municiones adicionales, defensa aérea y aviones de combate. Pero este apoyo, aunque apreciado, está lejos de ser suficiente para asegurar la victoria. Simplemente ayuda a Ucrania a mantenerse a flote en una guerra que requiere algo más que supervivencia: requiere una fuerza abrumadora para ganar.

El Reino Unido ha tomado medidas encomiables, y David Lammy indicó que una decisión sobre permitir a Ucrania utilizar Storm Shadows franco-británicas contra objetivos rusos podría llegar en unas semanas. Sin embargo, son Estados Unidos quienes tienen las llaves de la victoria de Ucrania y deben abrir esa puerta. Se acabó el tiempo de las medias tintas. Si Occidente realmente cree en la defensa de la libertad y la democracia, debe actuar con decisión para proporcionar a Ucrania las herramientas que necesita para contraatacar el corazón de la agresión rusa.

Las próximas elecciones estadounidenses arrojan una larga sombra sobre el futuro de Ucrania. El resultado de estas elecciones podría marcar la diferencia entre la supervivencia de Ucrania y su lenta y dolorosa desaparición. La politización de la guerra de Ucrania en el discurso estadounidense no sólo es desalentadora: es peligrosa. Si Estados Unidos no da un paso adelante ahora, la ventana para que Ucrania logre la victoria se cerrará y las consecuencias se extenderán mucho más allá de Europa.

La alianza occidental –particularmente Estados Unidos– debe dejar de dejar la lata en el camino. El tiempo se está acabando, no sólo para Ucrania, sino también para la seguridad futura de Europa. Esta no es sólo la guerra de Ucrania: es la primera línea entre la libertad y la opresión.

Estados Unidos, el Reino Unido y Europa deben unirse para garantizar que Ucrania no se vea obligada a librar esta batalla sola. El momento de tomar medidas decisivas es ahora, antes de que sea demasiado tarde.

Lord Ashcroft KCMG PC es un empresario, filántropo, autor y encuestador internacional. Para más información sobre su trabajo, visite lordashcroft.com. Síguelo en X/Facebook @LordAshcroft.

Las opiniones expresadas en este artículo de opinión son las del autor y no necesariamente las de Kyiv Post.

(Esta es una historia sin editar y generada automáticamente a partir de un servicio de noticias sindicado. Blog de Nueva York Es posible que el personal no haya cambiado ni editado el texto del contenido).

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