La victoria diplomática de Zelensky frente a vientos políticos en contra
Nota del editor: el Dr. Mohammad Zahoor es antiguo propietario del Kyiv Post (2009 – 2018)
La reciente visita del presidente ucraniano Volodymyr Zelensky a los Estados Unidos para la 79ª Asamblea General de las Naciones Unidas tuvo todos los ingredientes de un desastre diplomático. El momento era precario: apenas unas semanas antes de las muy polémicas elecciones presidenciales estadounidenses. Su agenda parecía ambiciosa, incluso arriesgada: reunirse con el presidente Joe Biden, el expresidente Donald Trump, la candidata presidencial del Partido Demócrata, Kamala Harris, y varios miembros tanto del partido demócrata como del republicano.
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Sin embargo, la etapa inicial de la gira de Zelensky se encontró con una tensión política significativa. Su visita del 22 de septiembre de 2024 a la planta de municiones del ejército de Scranton en Pensilvania generó controversia. La fábrica produce proyectiles de artillería de 155 mm, vitales para el esfuerzo bélico de Ucrania, y la visita de Zelensky fue un gesto de gratitud hacia el pueblo estadounidense. Pero la óptica era complicada: estuvo acompañado sólo por políticos demócratas, entre ellos el gobernador de Pensilvania, Josh Shapiro, y el senador estadounidense Bob Casey. Los republicanos se apresuraron a criticar la visita como partidista, citando la exclusión de legisladores republicanos y el uso de fondos de los contribuyentes, particularmente porque Zelensky había volado en un avión de transporte C-17 de la Fuerza Aérea.
Los republicanos vieron el evento de Scranton como una medida política para reforzar a los candidatos demócratas. El representante Johnson escribió una carta acusando a Zelensky de convertir la visita en un evento de “estado campo de batalla políticamente disputado” diseñado para apoyar la candidatura de Kamala Harris. La crítica de Johnson fue compartida por el presidente de Supervisión y Responsabilidad de la Cámara de Representantes, James Comer, quien prometió investigar el posible uso indebido de recursos gubernamentales, acusando a Zelensky de interferir en las elecciones estadounidenses.
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El discurso churchilliano de Kamala Harris
Es posible que el presidente Biden le haya dicho todas las cosas correctas a Zelensky cuando se reunieron el 26 de septiembre en la Casa Blanca, palabras que deben haber sido agradables de escuchar para el presidente ucraniano.
La turbulencia continuó y republicanos prominentes como Donald Trump y su compañero de fórmula, JD Vance, expresaron una fuerte oposición. Zelensky fue particularmente criticado por calificar a Vance de “demasiado radical” y señaló que el senador estaba dispuesto a ceder territorio ucraniano a Rusia. Mientras tanto, Trump descartó cualquier plan de reunirse con Zelensky, acusándolo de negarse a llegar a un acuerdo con Rusia y poner fin a la guerra.
Cambiando la marea
A pesar del difícil comienzo, Zelensky y su equipo recalibraron hábilmente su estrategia. En una medida significativa, organizaron una reunión bipartidista con un grupo de legisladores estadounidenses. Participaron tanto demócratas como republicanos y el ambiente de la reunión fue calificado de positivo y constructivo. Los legisladores salieron de la reunión reafirmando su compromiso de apoyar a Ucrania.
El representante Steny Hoyer expresó optimismo después de la reunión y afirmó: «Hubo apoyo bipartidista para el éxito en Ucrania, lo cual es de vital importancia». Mientras tanto, el representante Brian Fitzpatrick señaló que Zelensky proporcionó una actualización completa sobre las necesidades de Ucrania, la situación en el campo de batalla y una lista de personas y empresas que evaden las sanciones.
El equipo de Zelensky logró restar importancia a la ausencia de ciertos republicanos, incluido Johnson, calificándola de meros conflictos de programación. El punto de inflexión se produjo cuando Zelensky consiguió una reunión privada con Donald Trump en la Trump Tower de Nueva York. Después de días de especulaciones sobre si la reunión se llevaría a cabo, Trump elogió a Zelensky, citando una “muy buena relación” con el líder ucraniano. La reunión fue una victoria inesperada para Zelensky, dada la negativa inicial de Trump a participar.
Durante su discusión, Trump enfatizó que se podría lograr rápidamente una solución al conflicto si fuera elegido, mientras que Zelensky reafirmó que no se podía permitir que Putin ganara la guerra. La reunión demostró la capacidad de Zelensky para navegar en las difíciles aguas de la política estadounidense, asegurando compromisos de ambas partes políticas.
Un golpe maestro diplomático
Además de sus victorias políticas, la visita de Zelensky produjo resultados tangibles para Ucrania. La candidata presidencial demócrata Kamala Harris expresó su apoyo inquebrantable a Ucrania. El presidente Joe Biden fue un paso más allá y anunció un paquete de ayuda de 8.000 millones de dólares para Ucrania. Este paquete incluía 5.500 millones de dólares en asistencia militar de las reservas del Departamento de Defensa, así como 2.400 millones de dólares dedicados a defensa aérea, municiones y entrenamiento para ayudar a Kiev a continuar su lucha contra Rusia.
Si bien la visita comenzó con controversia y fricciones partidistas, finalmente culminó con un triunfo diplomático para Zelensky y su equipo. Lo que podría haber sido un paso en falso político apenas seis semanas antes de las elecciones estadounidenses se convirtió en una importante victoria diplomática, asegurando el apoyo continuo de Estados Unidos al esfuerzo bélico de Ucrania y reforzando la posición de Zelensky en el escenario mundial.
Las opiniones expresadas en este artículo de opinión son las del autor y no necesariamente las de Kyiv Post.
(Esta es una historia sin editar y generada automáticamente a partir de un servicio de noticias sindicado. Blog de Nueva York Es posible que el personal no haya cambiado ni editado el texto del contenido).