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Maduro es un agente de Putin y hay que detenerlo

Vladimir Putin dijo que un mundo multipolar se ha convertido en una realidad. Y mientras algunos, en Occidente, se ríen de los planes de Moscú de socavar el orden global posterior a la Segunda Guerra Mundial, el Kremlin está librando abiertamente una guerra ideológica desconcertantemente exitosa.

Putin no necesita enviar tanques o aviones a Bruselas, Londres o Washington para debilitar a Occidente. Al contrario, al centrarse en fortalecer las alianzas existentes en todo el Sur Global, Putin está cosechando apoyo para un orden mundial antiamericano.

Un ejemplo de ello son los renovados esfuerzos de Putin por respaldar al autócrata de Venezuela, el presidente Nicolás Maduro, que está al borde de ser derrocado tras una reelección que se considera ampliamente falsificada, ya que las encuestas de salida muestran que alrededor de dos tercios de los venezolanos votaron por el candidato de la oposición.

Cuando Caracas estaba en apuros, Moscú intervino.

Putin necesita a Maduro como representante de su guerra ideológica e híbrida contra Occidente, y ayudará a este dictador quebrado a sobrevivir.

Maduro ha demostrado ser una herramienta útil para Putin en el hemisferio occidental.

Al igual que Putin, Maduro ha recurrido a la militarización contra sus vecinos, siguiendo el típico juego ruso de “escalar para desescalar”. En el caso de Caracas, esto se redujo a señalar una agresión militar hacia la frontera con Guyana, con la esperanza de amenazar a Occidente demostrando su impotencia en la región. Una vez que Maduro intensificó la situación, como había hecho Putin en 2022 con Ucrania, exigió concesiones para “desescalar”.

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El papel de Rusia en esta farsa tan conocida sigue siendo el mismo: Putin mantiene su papel de “mediador”. Si Occidente no quiere que el conflicto se agrave, se verá obligado a negociar con Rusia y permitir que Putin sea un actor relevante en la región.

El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, dijo que Estados Unidos tiene “serias preocupaciones de que el resultado anunciado no refleje la voluntad ni los votos del pueblo venezolano”.

Que otros países también expresen preocupación por la integridad de las elecciones en última instancia equivale a palabras baratas.

Mientras Occidente ofrece retórica vacía y condenas, la guerra ideológica de Putin contra Occidente continúa, y Occidente guarda silencio. Es hora de que Occidente actúe en lugar de hablar. Si los líderes occidentales quieren ganar esta guerra silenciosa contra Rusia, tienen que pensar como Putin: un ex agente de la KGB cuyo juego favorito es el engaño.

Si Moscú reafirma y sigue fortaleciendo su posición en Venezuela, envalentonará a Putin. Rusia ya ha actuado sin control: ha apretado la llave en Georgia, ha derrocado a numerosos gobiernos en África, ha interferido en las elecciones occidentales y ahora ha descartado abiertamente los resultados electorales de Venezuela.

Si queremos ver un cambio en Moscú, entonces es hora de enfrentar al matón que está causando estragos en todo el mundo.

Washington debería apoyar a la oposición contra Maduro en Venezuela, no sólo por razones morales e ideológicas, sino porque es de interés estratégico general de Estados Unidos. La caída de Maduro podría generar dudas en la mente de otros líderes regionales sobre si se puede contar con el apoyo de Moscú si las masas comienzan a levantarse contra ellos. Washington también debería introducir nuevas sanciones contra el régimen de Maduro.

La Corte Penal Internacional ha abierto una investigación por crímenes de lesa humanidad por la represión de las protestas antigubernamentales en Venezuela por parte de Maduro. Este es un paso en la dirección correcta. La corte tiene jurisdicción y debería actuar rápidamente y proceder a una investigación de las violaciones de derechos humanos por parte del régimen de Maduro.

De cara al futuro, puede resultar fácil pensar que Maduro es una “cosa de América Latina”, pero no hay que ser tan ingenuo. La realidad es que Maduro es un representante clave de Putin, al que hay que derrotar. Si Estados Unidos realmente quiere apoyar la libertad y la democracia –y garantizar su propia seguridad–, ahora es el momento de enfrentarse a quienes están tratando activamente de destruirnos.

Las opiniones expresadas en este artículo de opinión son las del autor y no necesariamente las de Kyiv Post.

(Esta es una historia sin editar y generada automáticamente a partir de un servicio de noticias sindicado. Blog de Nueva York Es posible que el personal no haya cambiado ni editado el texto del contenido).

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