Roma estudia imponer una tasa para disuadir aglomeraciones y chapoteos en la Fontana de Trevi
Al parecer, todos los turistas que visitan Roma saben que la clave para regresar a la Ciudad Eterna es lanzar una moneda a la Fontana de Trevi y pedir un deseo. El resultado: hordas de visitantes abarrotan el monumento barroco todos los días, se toman selfies y apuestan por volver.
Las autoridades ahora están considerando un plan para gestionar el turismo en uno de los sitios más visitados de Roma: una entrada de 2 € (2,25 dólares) para acceder a una fuente al aire libre que siempre ha sido gratuita.
La propuesta del máximo responsable de turismo de la ciudad, Alessandro Onorato, llega después de que la ciudad italiana de Venecia probara este verano una controvertida tarifa de acceso a la ciudad de 5 euros por día para los turistas. El Ayuntamiento debe deliberar sobre la medida antes de que entre en vigor, pero el alcalde de la ciudad, Roberto Gualtieri, ya ha expresado su apoyo.
“Dos euros es más o menos la misma cantidad que la gente arroja a la fuente para pedir un deseo”, dijo Onorato a The Associated Press el viernes.
Venecia será la primera ciudad del mundo en cobrar entrada. ¿Salvará a la ciudad del estatus de infierno turístico?
Las ciudades de todo el mundo están luchando por encontrar la manera de gestionar el número cada vez mayor de turistas, que impulsan la economía pero pueden crear inconvenientes a los residentes al converger en los mismos sitios principales.
“Debemos evitar, sobre todo en una ciudad artística frágil como Roma, que demasiados turistas dañen la experiencia turística y la ciudad”, afirma Onorato. “Debemos salvaguardar dos cosas: que los turistas no experimenten el caos y que los ciudadanos puedan seguir viviendo en el centro”.
Onorato dijo que espera probar la tarifa de entrada, que se gestionaría a través de un sistema de reservas y un código QR, a tiempo para el Año Santo Jubilar de 2025, y tener el sistema operativo en la primavera.
Los transeúntes que pasen por la plaza que da a la fuente no tendrán que pagar. La tarifa se cobrará únicamente a quienes accedan por los nueve escalones de piedra que conducen al borde de la fuente. Sería gratuita para los romanos.
Onorato dijo que el sistema también ayudaría a disuadir a la gente de comer en los escalones que dan a la fuente y de alimentar a las palomas o, peor aún, de recrear la zambullida de Anita Ekberg en la fuente en “La Dolce Vita” de Fellini, una infracción que se repite con frecuencia y conlleva una multa.
“Ocurriría con menos frecuencia, o tal vez no ocurriría en absoluto, porque cualquiera que entrara, sabríamos sus nombres y dónde vive. Se vuelve más complicado”, dijo.
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