Ucrania se prepara para el inicio simbólico de las conversaciones sobre membresía en la UE, junto con Moldavia
La Unión Europea iniciará conversaciones de membresía con Ucrania el martes, dando al país un impulso político en medio de su guerra contra la invasión rusa, aunque todavía queda un largo y difícil camino por delante antes de que pueda unirse al bloque.
La ceremonia en Luxemburgo tendrá más que ver con el simbolismo que con el meollo de las negociaciones, que comenzarán en serio sólo después de que la UE haya examinado una gran cantidad de legislación ucraniana para evaluar todas las reformas necesarias para cumplir con los estándares del bloque.
Pero al marcar el inicio de las conversaciones con Ucrania y con su vecina Moldavia más tarde ese mismo día, la UE está indicando que ambos países están en un camino que se aleja de la influencia rusa y hacia una mayor integración con Occidente.
El momento será conmovedor para muchos ucranianos, que remontan su conflicto actual con Moscú al levantamiento de Maidan de 2014, cuando los manifestantes derrocaron a un presidente prorruso que incumplió su promesa de desarrollar vínculos más estrechos con la UE.
Ihor Zhovkva, asesor de política exterior del presidente Volodymyr Zelensky, dijo que daría un gran impulso a la moral de los ucranianos.
«Es muy importante», dijo a Reuters en una entrevista en Kiev. «El camino hacia la membresía de pleno derecho, que Ucrania merece… es irreversible».
La viceprimera ministra Olga Stefanishyna encabezará la delegación ucraniana en el evento, conocido en la jerga de la UE como Conferencia de Adhesión. Está previsto que comience alrededor de las 15:30 horas (13:30 GMT).
La ministra de Asuntos Exteriores belga, Hadja Lahbib, hablará en nombre de la UE mientras Bélgica ocupa la principal presidencia rotatoria del bloque.
El camino hacia la membresía en la UE es arduo para los países candidatos, ya que deben reformar para cumplir con los estándares de la UE en una amplia gama de temas, desde la lucha contra la corrupción hasta la regulación de la agricultura y la armonización de las normas aduaneras.
Pero la guerra añade una enorme capa adicional de desafíos tanto para Kiev como para Bruselas, planteando preguntas que ninguno de los dos quiere responder en este momento, como si Ucrania podría unirse si parte de su territorio todavía estuviera ocupada por fuerzas rusas.
La perspectiva de ser miembro de Moldavia plantea preguntas similares, aunque en menor escala, ya que los soldados rusos están estacionados en su región separatista de Transdniestria.
Los dos países tendrán que sortear no sólo obstáculos técnicos y legales para ser miembros, sino también obstáculos políticos.
Los países candidatos necesitan la aprobación de los 27 miembros de la UE para abrir y cerrar cada paso de las negociaciones de membresía, lo que brinda a los gobiernos de la UE numerosas oportunidades para retrasar el proceso.
Hungría, que mantiene vínculos más estrechos con Rusia que otros miembros de la UE y no entrega armas a Kiev, retrasó el inicio de las conversaciones, citando preocupaciones sobre los derechos y el trato de los húngaros étnicos en Ucrania, según diplomáticos.
Ampliar la UE para incluir a Ucrania y Moldavia –y otros países aspirantes como los Balcanes Occidentales y Georgia– requeriría una revisión radical de las normas de la UE en todos los ámbitos, desde los subsidios agrícolas y de desarrollo económico hasta la toma de decisiones, dicen los analistas.
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